También di talleres online y algún que otro servicio más, pero la mayor parte de lo que facturé llegó de las mentorías y asesorías.

Si ya me conocés de leerme o te cruzaste conmigo en el mundo físico, sabrás que no me va la vida edulcorada…

Ni la profesión idealizada.

Ni llamar “nutris” a los colegas.

Dicho esto, vamos con la lista de aprendizajes.

Algunos son aciertos y otros son errores.

1. La seguidora/suscriptora que más te alaba, es la que menos te va a comprar.
2. Los únicos responsables de que no “se valore la profesión” somos nosotros.
3. Creés que sabés emprender… hasta que el mercado te muestra sus dientes.
4. No somos perfeccionistas, eso se llama pánico escénico.
5. Cobrar poco es el camino más directo a volverte un profesional mediocre y poco valorado.
6. Pasarse el día posteando en redes es la mejor manera de mantenerse adormecido. Tu cerebro exige otra cosa.
7. De nutrición opina cualquiera, no te bajes a discutir al barro con cualquier nutriplanista (incluye reuniones familiares).
8. Solo aceptá consejos de alguien que haya hecho mejor aquello sobre lo que te está aconsejando.
9. Cuando pongas el precio de tu consulta, contemplá también la renovación de la compu, del celular, del alquiler y hasta del auto (si te interesa tener uno).
10. Haciendo lo mismo que todos los colegas nunca jamás vas a destacar.
11. Si los potenciales clientes no perciben tu autoridad, no te van a contratar.
12. Trabajar tu mentalidad es el primer paso para salir de donde estás.
13. No te propongas objetivos, desarrollá sistemas de trabajo.
14. No tenés que aceptar a todos los pacientes o clientes. Para eso tenés un negocio propio: para elegir vos con quién trabajar.
15. No mostrarse necesitado es clave. Vale para todos los aspectos de la vida.

Escribo como si boxeara.

Con esa intención me levanto cada día.

Eso es todo por ahora… pero recién estamos empezando.

Y no te olvides nunca que…

A tus pacientes no les importa lo que hiciste en TU pasado, les importa a dónde los vas a llevar en SU futuro.

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