Cómo ser más productivos
“No soy un tipo ocupado. Soy la persona ambiciosa más perezosa que conozco”.
Tim Kreider
ADVERTENCIA: Este mail contiene material altamente reflexivo.
Vengo obsesionado con el tema de la organización del tiempo y las tareas.
Parece una boludez, pero cuando entendés que no necesitás hacer más cosas, sino menos, sos consciente de que venías haciendo todo al revés:
- Ahorrando en lugar de ganar más.
- Multitasking en lugar de unitasking.
- Preparando CV en lugar de aprender a escribir.
- Prefiriendo certificados al aprendizaje de habilidades.
El tema es el siguiente: todo el mundo parece ocupado, pero… ¿Quiénes son de verdad productivos?
Fijate en la app de bienestar digital de tu celular cuántas horas pasás mirando la pantallita.
Ahí tenés las horas que te faltan.
Uno de los ejes del evento al que asistí en Buenos Aires era ver cómo hacemos para tener negocios de servicios rentables y una vida plena (comida saludable, ejercicio, familia, relaciones sociales, etc).
Si no parás la pelota y te preguntás esto, es probable que te subas al primer bondi que pasa y no te bajes hasta los 65 años.
¿Tu proyecto profesional o negocio está funcionando como querés?
¿Te está generando los ingresos que deseás?
¿Tiene una estrategia definida?
¿Trabajás la comunicación para que se entienda qué hacés y a quién ayudás?
¿Estás construyendo una audiencia a la que podés dirigirte para ofrecerle tus productos o servicios?
Estas son algunas preguntas interesantes para hacerte mientras caminás.
¿Caminando?
Yes.
Ya lo decía Nietzsche: “Todas las verdaderas buenas ideas se concibieron caminando”.
En mi caso, una de las cosas que cuestan es la gestión del tiempo. Y más desde la llegada de mi segundo hijo (adiós a dormir toda la noche).
De todas formas, cada día me levanto y organizo una parte.
Automatizo otra.
Delego otra.
Y, con ganas o sin ella, me siento y escribo:
Un mail para mi lista.
Un texto de copywriting.
Una idea nueva que quiero aplicar.
Un aporte en un foro privado de negocios digitales.
Paso a paso avanzo (no siempre al ritmo que me gustaría, obvio).
Desde lo básico, la mentalidad.
Hoy puedo ir todos los días al gimnasio a levantar pesas.
Mi yo de hace unos años, ni se lo planteaba.
Sí, ya sé que todo esto suena autoayudesco, pero es así.
